El día mayor de los días fue compuesto y representado por primera vez en 1678, al parecer junto al auto El pastor Fido. Esta pieza, según Alexander A. Parker, es en parte una nueva redacción de otro auto sacramental, La siembra del señor. Para Ignacio Arellano y Miguel Zugasti, El día mayor de los días “constituye un ejemplo excelente del modo en que Calderón podía mejorar lo que ya era una buena obra”. Como es sabido, la reescritura fue, no sólo en Calderón, sino en tantos dramaturgos de la época, un recurso compositivo habitual: se rescribía de nuevo un texto, o se refundían dos o más obras para conseguir un resultado artístico superior. No obstante, rescribir un auto o refundirlo con otros anteriores no tiene por qué significar caer en la monotonía o en la repetición, todo lo contrario, según Zugasti y Arellano “la diferente disposición, la inserción en nuevas estructuras y la variación de las funciones añaden muchos nuevos matices y alejan a las obras calderonianas del hastío que los menos entendidos pueden experimentar al reencontrarse una y otra vez con los mismos elementos materiales”. El día mayor de los días es un auto basado en la exaltación de el “dies dierum”, no en referencia al Corpus Christi, sino al domingo, día sagrado del señor. Esta edición toma en cuenta para llegar al texto crítico final los dieciséis testimonios, entre manuscritos y ediciones, que tenemos del auto. La introducción incluye, además de un completo análisis crítico y temático del texto, una completa sinopsis métrica y una propuesta del estema del auto elaborado a partir de los 16 testimonios citados.weiterlesen