Cristina, publicista separada, con dos hijos y cercana a los cuarenta, vive una vida más propia de una joven de veinte o treinta años, con la que no termina de sentirse cómoda. Inmersa en el mundo de las aplicaciones de citas, amigos con derecho, falta de honestidad y respeto hacia el prójimo; del placer por placer. Personas de usar y tirar. La protagonista, marcada por la “necesidad” de sentirse querida y por la baja autoestima, se encamina a la aceptación de hombres que no merecen ni su amor ni su entrega. El malestar provocado por las relaciones tóxicas generará una avalancha de sentimientos negativos que le llevarán a perder el control de su vida.
Yo expreso, sin azúcar ni sacarina, narra la historia de esta mujer que, un buen día, ve como su vida se desmorona sin poder hacer nada, navegando en un océano caótico que desembocará en el último lugar que habría imaginado…
Desarrollo personal, miedo, amistad, tristeza, amor, desesperación, sexo, valor, humor, tragedia son algunos de los sustantivos que se desarrollan a través de esta historia de intriga y relaciones sociales desarrolladas en nuestro espacio actual, en ese instante en el que a todos se nos derrumbó un poco el mundo y nuestras rutinas cambiaron por la presencia de un virus capaz de desestabilizar a todo un planeta.weiterlesen